Jessie Cagan 1920-2010
Tuesday, January 15, 2013
Tuesday, December 14, 2010
Links-Lazos
I'm going to use this space to post some links to notices, pictures, articles, etc. about Jessie. I'll add to the list as I find things.
Voy a ocupar este espacio para poner unos lazos/links a noticias, fotos, artículos, etc. sobre Jessie. Agregué más coas cuando las encuentre
—Steve
The links / los lazos:
http://www.legacy.com/obituaries/nytimes/obituary.aspx?n=jessie-cagan&pid=147078249
(a link to the notice of her death in the New York Times / un link al aviso sobre su muerte en el New York Times)
http://blogs.villagevoice.com/runninscared/2010/12/jessie_cagan_89.php#more
(a very nice article in the on-line version of the Village Voice / una nota linda en la versión en linea del Village Voice)
http://www.daylife.com/photo/0ckjg3hgaKb1L
(a lovely photograph / una foto linda)
Wednesday, December 8, 2010
Noticia Triste
Siento mucho que les tengo que compartir una noticia muy triste. Algun@s de Uds ya la han tenido, pero les mantuve en la lista para compartir unos detalles sobre mi mamá y sobre lo que le pasó.
La mañana del domingo, 5 de diciembre por eso de la 1 AM, mi mamá, Jessie Cagan, murio mientras dormía en su apartamento en Nueva York. Mi hermana Leslie estaba en el apartamento.
Es posible que sepa que por varios años Jessie había sufrido las consecuencias de, entre otras cosas, sus muchos años de fumar mucho. La enfisema incipiente y un tumor en un pulmón había tenido efectos fuertes, durante los últimos años se habían vuelto cada vez meas débil. También padecía del artritis, por eso su movilidad se restringió también. Pero probablemente lo pero era que por el ultimo año o más empezó a perder el apetito y comer menos y menos, al fin tenía que luchar para mantener un peso mas arriba de los 40 kilogramos.
En las últimas seis u ocho semanas su bajada era más marcada, y volvió verdaderamente rápido en los últimos quince días. Era muy débil, tenía muchos problemas en respirar, a pesar de tener oxígeno a través de una cánula nasal (el lunes pasado, el pulmonólogo dijo que come resultado de no comer, hasta los músculos en el tórax no eran lo suficientes fuertes para que respirara bien. Luego, el jueves pasado, su médico principal, a quién amaba y confiaba, le dijo que era hora que reconociera que se acercaba el fin de su vida, y le recomendaba cuido de hospicio en su hogar. Probablemente, no hubiera otra persona que habría podido dicho eso tan claramente y efectivamente a ella.
El servicio de enfermeras visitantes ya le visitaba con regularidad, por eso la transición al hospicio era suave-pero duro solo dos días. El sábado por la noche se puso muy mala. Tenía muchos problemas con la respiración, no podías relajar. Mi hermana Leslie se había quedado con ella esa noche, y durante la noche llamó tres veces a las enfermeras para consejos-recetaron medicinas del "paquete de confort" que habían dejado en el refrigerador. Jessie pudo relajar y se durmió, y murió dentro de poco.
La verdad es que lo veo como la mejor salida que pudiéramos esperar bajo las condiciones-so hubiera vivido más, habría nada más sufrido (no hubo posibilidad de que se mejorara mucho), e incluso posiblemente habría tenido que enfrentar lo que para ella era el horror final de terminar en un asilo de ancianos or pasar el resto de la vida en un respirador en hospital-aún cuando Leslie llamaba a las enfermeras buscando ayuda en la noche del sábado, Jessie le dijo "¡no voy al hospital!" Y por otro lado, para nosotr@s la bajada era suficientemente larga que creo que habíamos aceptado que Jessie iba a morir pronto-aunque desde luego "pronto" abarca muchas posibilidades, y siempre esperábamos poder celebrar su cumpleaños con ella. Todo eso no lo hizo menos triste, pero creo que efectivamente lo hizo menos terrible.
Y por supuesto sabemos que Jessie vivía una vida larga, rica y llena-murió cuando faltaba precisamente una semana para que cumpliera 90 años.
Mientras siento tener que compartir noticia tan triste, a la vez creo que es importante que reflejemos un momento sobre la vida larga de Jessie de activismo social y su manera de compartir y su amor por su familia y sus amig@s. Durante muchos años, desde su juventud hasta el final, Jessie era activamente comprometida con las luchas por la justicia social, por la paz, por la igualdad de raza, género y clase. Desfilaba, escribía cartas, y se integraba en grupos, hacía trabajo voluntario para las organizaciones contra el armamento nuclear, por los derechos laborales, los derechos de las mujeres, los derechos de la gente GLBT, por la solidaridad internacional. Se oponía a la guerra, la represión, la homofobia, el sexismo, el racismo, el imperialismo-y manifestaba lo que creía en la práctica en su vida. En los últimos días, cuando sabía que se moría, le molestaba que no iba a ser capaz de seguir exhortando a las jóvenes que vieran la importante de seguir en los esfuerzo organizativos.
Jessie era absolutamente dedicada a la familia y l@s amig@s-su apartamento era lleno hasta desbordar con los productos de nuestros trabajos, y con docenas de fotos de tod@s nosotr@s. Más que un poco de la gente que recibe este mensaje ha dormido en su sofa o en el piso de su apartamento pequeño-por muy pequeño que fuera, recibió tant@s visitantes que siempre sentían bienvenid@s, y que sentían en carne propia la realidad del modismo cubano-"donde caben cuatro, caben cinco." Aunque parezca un cliché tremendo, es una verdad certera que deja un círculo extraordinariamente grande de amig@s y admirador@s en tres continentes.
Estamos empezando de planear un acto de memoria para Jessie-en este momento, creemos que será el sábado, 29 de enero, en Nueva York. Difundiremos detalles y cualesquier cambios en cuanto los tengamos. Estamos recogiendo recuerdos, cuentos, fotos, recortes de periódico, etc. para un libro de memoria sobre Jessie para ese evento. Pueden enviar cualquier contribución a Shauna: shauna.cagan@gmail.com
Les agradecemos a tod@s por la amistad, el amor y el apoyo que han brindado a Jessie durante su vida, y por sus manifestaciones de apoyo a nosotros en estos días. Ha sido muy importante a tod@s nosotr@s—sus tres hij@s (mis hermanas Leslie y Karen y yo), sus niet@s Joanna y Shauna y Ray, la la gran amiga de ella y de nosotr@s, Kathy Goldman. Mil gracias!
-Steve
Sad News
I am afraid I have to share some very sad news with you. Some of you have already heard about this, but I kept you on my list to share more details about my mother, and about what happened to her.
On Sunday morning, December 5, at about 1 in the morning, my mother, Jessie Cagan, died in her sleep in her apartment in New York City. My sister Leslie was present in the apartment.
You may know that for several years Jessie had suffered the consequences of, among other things, her many years of being a heavy smoker. Incipient emphysema and a tumor in her lung had powerful effects on her, and over the last few years she became increasingly weak. She also suffered from arthritis, so her mobility was also restricted because of this. But probably the worst thing for us to see was that in the last year or more she began to lose her appetite and to eat less and less, recently struggling to maintain her weight above 90 pounds.
In the last six or eight weeks her decline was more pronounced, and it really became very rapid in the last two weeks. She was very weak, had a great deal of trouble breathing, despite having oxygen through a nasal canulla (her pulmonologist said last Monday that because of her lack of eating even the muscles in her chest were not strong enough for her to breathe well. Then last Thursday her primary physician, whom she loved and trusted, told her that it was time to recognize that she was nearing the end of her life, and recommended hospice care. There was probably no one else who could have said this so clearly and so effectively to her.
She was already being seen regularly by Visiting Nurse Assoc., so the transition to hospice was smooth—but it only lasted two days. Saturday night she was very sick, had a great deal of trouble breathing or relaxing. My sister Leslie stayed with her that night, and in the middle of the night called the nurses three times for advice—they prescribed meds from the “comfort pack” they had left in the refrigerator. Jessie was able to relax and went to sleep, and died peacefully soon after.
In truth, I think this was the best outcome we could have hoped for under the conditions—had she lived longer, she simply would have suffered (there was no chance she was going to improve in any substantial way), and might have had to face what was for her the ultimate horror for her of a nursing home or being on a respirator in a hospital—even as Leslie was calling the nurses for help Saturday night, Jessie said, “I’m not going to the hospital!”. And for us, her decline was long enough that I think we had come to accept that Jessie was going to die soon—though of course “soon” covers a lot of territory, and we were still hoping to celebrate her birthday with her. All this doesn’t make it less sad, but I think it does make it less terrible.
And of course, we know that Jessie had a long, rich and full life—she died exactly one week before her 90th birthday.
I’m sorry to have to share such sad news, but I think it’s also important to reflect for a moment on Jessie’s long life of social activism and of sharing and love for her family and friends. Over the years, from her youth until the very end, Jessie was actively engaged in the struggles for social justice, for peace, for racial, gender and class equality. She marched, wrote letters, organized and participated in groups, volunteered for organizations against nuclear weapons, for labor rights, women’s rights, the rights of GLBT people, in international solidarity. She opposed war, repression, homophobia, sexism, racism, imperialism, and she put her beliefs into practice in her life. In her last days, as she clearly knew she was dying, she was upset about not being able to go on telling young people about the importance of continuing organizing efforts.
Jessie was devoted to her family and friends—her apartment was filled to overflowing with the products of our work, and with dozens of photographs of all of us. More than a few of the people who are receiving this message have slept on the couch or on a mattress on the floor of her small apartment—small as it may be, it received so many visitors who always felt welcome, and felt in their own experience the reality of the Cuban expression—“where four people fit, five people fit!” It sounds like a terrible cliché, but it is certainly true that she leaves an extraordinarily large circle of friends and admirers on three continents.
We are starting to plan a memorial event for Jessie—we expect the event to be on Saturday, January 29, in New York. We will get the details and any changes out to you as soon as we have them. We are collecting memories, pictures and so on for a memorial book about Jessie for that event. Contributions can be sent to Shauna: shauna.cagan@gmail.com.
Thank you all for the friendship, love and support you have extended to Jessie during her life, and for your expressions of support to us in these days. It has been very important to all of us—her three children (my sisters Leslie and Karen and me), her grandchildren Joanna and Shauna and Ray, and her and our dear friend Kathy Goldman. Thank you so much!
—Steve